INSTITUCIÓN
EDUCATIVA SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER
FILOSOFÍA
10°-tercer período
Jornada tarde
-2020
#1
EJE TEMÁTICO:
LA LÓGICA
PREGUNTA
PROBLEMATIZADORA: ¿Qué importancia tiene manejar unas reglas básicas que permitan
estructurar el pensamiento humano y establecer relaciones de comunicación en
forma clara y correcta?
LA LÓGICA DE LA
VIDA-2
La lógica de la
vida
“Libérate
por completo del deseo, porque si deseas algunas de las cosas que no controlas,
seguro que serás desgraciado... Por lo tanto, quienes quieren ser libres no han
de desear nada ni evitar nada que esté bajo el control de los demás, de lo
contrario serán unos esclavos... Nunca digas «lo he perdido» acerca de nada,
sino «lo he devuelto»... No son las cosas en sí mismas las que perturban a las personas
sino su juicio sobre éstas. Sólo has de preocuparte por las cosas que
controlas, aquellas que puedes modificar a través de tus actos, no por las que
no puedes dirigir ni cambiar”. En el
universo opera un orden racional que refleja una providencia benigna que
asegura que el resultado de las cosas sea el correcto. Algunos filósofos no se
limitaban a recetar la «fe» como un principio filosófico abstracto; ofrecían
estrategias concretas basadas en la disciplina intelectual y espiritual. La
clave para enfrentarse a las dificultades y la discordia que importunan la vida
de todo el mundo consiste en cultivar cierta actitud frente a las adversidades,
basada en la distinción crítica entre las cosas que podemos controlar y las que
están más allá de nuestra capacidad de control.
En otras palabras, aunque no podamos controlar todos los resultados que
pretendemos obtener en la vida, sí podemos controlar nuestra reacción frente a
dichos resultados. En ello reside nuestro potencial para vivir una vida tan
feliz como satisfactoria.
Por
desgracia, nadie dispone de una energía ilimitada. Preocuparse por las cosas
que no están bajo nuestro control supone una pérdida de tiempo y es
destructivo, consume nuestra energía y tiende a prolongar y exacerbar nuestro
infortunio. Comprender esta sencilla premisa y poseer la sabiduría, la voluntad
y la disciplina necesarias para centrarnos en aquello que podemos controlar, y
evitar lo que está más allá de nuestro control, es la base para encauzar
nuestras energías de manera eficaz y efectiva, y para vivir en armonía y paz
con nosotros mismos y nuestro entorno En una sociedad libre, una de las cosas
que podemos controlar es el rumbo de nuestra vida social, la opción entre
aquello a lo cual nos dedicaremos y las cosas que descartaremos: una carrera,
una empresa, una formación o una familia. Otro de los factores bajo nuestro
control son las personas con las que elegimos relacionarnos: nuestras parejas,
amigos, socios, etc., como también los lugares donde queremos vivir y trabajar,
nuestras diversiones, la ropa que vestimos y el deseo de lo que nos gustaría
poseer.
Una
de las cosas que no controlamos porque está bajo el control de la naturaleza es
el envejecimiento, el pasar a través de las diferentes etapas de la vida, el
cambio en nuestro aspecto físico y en nuestra actitud mental. Algunos envejecen más rápidamente y otros con
mayor lentitud, pero todos envejecemos a medida que transcurren los años. ¡No
existen excepciones a esta regla! Otra cosa que no controlamos es la muerte, el
acto final de nuestra existencia. Algunos
morirán a una edad temprana debido a accidentes o enfermedades, mientras que
otros morirán a una edad avanzada por causas naturales, pero todos moriremos
algún día. ¡Tampoco hay excepciones a esta regla! Al final, la naturaleza
recupera lo que nos ha dado.
Eso
significa que en realidad no perdemos la vida sino que le devolvemos a la naturaleza
lo que ésta nos ha dado. Una tercera cosa que tampoco controlamos es la
conducta de quienes nos rodean, la de nuestra pareja, nuestros hijos, amigos,
socios, compañeros de trabajo y supervisores. Una cuarta cosa que no controlamos es el
pasado, aquello que ya ha ocurrido, tanto lo agradable como lo desagradable,
porque es irrecuperable e inalterable.
Comprender
aquello que afecta nuestra vida, separar lo que está bajo nuestro control de lo
que no lo está, centrarnos únicamente en los problemas que podemos resolver, no
resulta fácil, requiere sabiduría, voluntad, determinación y disciplina.
Requiere sabiduría comprender los límites que nos impone la naturaleza, las
diversas etapas que nos presenta y también comprender que no podemos cambiar a
las personas y las instituciones que no están bajo nuestro control.
Requiere
voluntad y determinación aceptar las consecuencias negativas de aquello que no
controlamos, las consecuencias agradables y desagradables de envejecer, las
ideas desagradables relacionadas con nuestra muerte o la de nuestros seres
queridos, los efectos adversos de la conducta de los demás y la adversidad de
las cosas ocurridas en el pasado.
Requiere
disciplina aprender a desplazar nuestra energía de aquello que no controlamos y
dedicarla a lo que podemos controlar. Requiere disciplina no dejarse arrastrar
por las consecuencias desagradables originadas por dedicarnos a aquello que no
podemos controlar.
En
algunos casos, las personas son lo bastante afortunadas para ser capaces de
diferenciar entre lo que pueden controlar y lo que no, y gracias a ello pueden
separar un grupo del otro y centrarse exclusivamente en las cosas que pueden
controlar. Se levantan por la mañana y se plantean una sencilla pregunta frente
a todos los problemas a los cuales se enfrentan: ¿Soy capaz de resolver este
problema? De lo contrario, reflexionaré sobre el siguiente, y el que le sigue a
ése hasta que logre aislar los problemas que puedo resolver.
Por
ejemplo: podemos contemplarnos en el espejo y comprobar que nos estamos
quedando calvos o que nuestro cabello se está volviendo blanco y plantearnos la
siguiente pregunta: ¿Puedo hacer algo al respecto? Quizá un trasplante o un
tinte sean una solución temporal al problema, pero en absoluto permanente.
En
ambos casos, el hecho de que el pelo se vuelva más ralo o cano forma parte del
proceso de envejecimiento, y quien lo controla es la naturaleza, no nosotros, y
por tanto no hemos de preocuparnos. Ahora pasemos al problema siguiente.
Estoy
disconforme con mi empleo. ¿Puedo cambiarlo? ¿Está bajo mi control el hacerlo?
En caso de que sea así, esbozaré los pasos que he de dar para conseguir otro.
Si no fuera así, mi situación actual me impide cambiar de empleo así que
preocuparme no resulta útil. Ahora pasemos a la siguiente cuestión. En algunos
casos, las personas son menos afortunadas.
Creemos
-o queremos creer- que podemos controlarlo todo y que podemos cambiar las cosas
en el sentido deseado. Algunos de nosotros creemos -o queremos creer- que la
vida es eterna.
Nos
dedicamos a acumular bienes, inmuebles, dinero, pinturas, cosas cuyo valor
aumentará con el paso del tiempo y que nos proporcionarán una vida mejor en el
futuro. Otros creen que la vejez y la muerte sólo son el primer acto de nuestra
existencia, al que le seguirá una vida diferente descrita en algunos textos
religiosos.
El
resultado es que renuncian a consumir aquello que les da placer en el presente,
a cambio de aquello que quizá les proporcione placer en el futuro. A lo mejor
creemos que podemos modificar la conducta de nuestra pareja o nuestros hijos.
Esperamos de ellos cosas que no pueden proporcionarnos, y entonces los señalamos con el dedo y les echamos la culpa por las cosas que nos han salido mal, nos peleamos con ellos y malgastamos nuestra energía en tratar de controlar aquello que no está bajo nuestro control. Otras personas centran su energía mental en el pasado, en aquello que ya ha ocurrido y en las condiciones agradables o adversas que ha provocado. Intentan regresar al pasado y borrar las experiencias negativas o revivir aquellas que tuvieron un efecto positivo en ellas. Y así se ven esclavizadas por las cosas que no controlan y hacen caso omiso de las que sí. Al vivir en el pasado, dejan de vivir en el presente porque disponen de escasa o ninguna energía para dedicarla a aquello que está disponible y que podría mejorar su vida.En resumen, nadie puede proporcionar panaceas para las tensiones emocionales y los traumas que la vida nos inflige de un modo inevitable. Sin embargo, los antiguos estoicos proporcionaron un enfoque racional para enfrentarse a dichas adversidades. Demostraron con éxito que, en gran medida, somos los autores de nuestras propias desgracias. Al detenernos en lo irrecuperable, no sólo nos aseguramos muchas noches de insomnio, sino que también derrochamos una energía preciosa que podríamos aprovechar para resolver lo que sí tiene remedio.
Y
tal vez lo más importante sea que nos negamos a nosotros mismos esa sensación
de paz espiritual y bienestar que constituye una de las mayores bendiciones de
esta vida. Los que lloran por la leche derramada están condenados a pasar la
vida limpiando. La opción racional supone desprendernos de aquello sobre lo que
no podemos influir y tomar las medidas que nos permiten vivir una vida
fructífera.
Leer
el texto, subrayar las palabras
desconocidas y buscar su significado en un diccionario, se le recuerda llegar
preparado a la clase para socializar saber, a través de las competencias
interpretativa, argumentativa y propositiva. Se evaluará Nivel de
Pensamiento.40%.
La lógica de la
vida. Parte 2
1.
Aparte
de las cosas que puedes controlar expresadas en la lectura, realiza un listado
de 5 aspectos que en este momento estén bajo tu control.
2.
Escribe
5 cosas que en el momento consideres que no controlas
3.
¿Hasta
qué punto consideras que el deseo es controlable?
4.
¿Nuestra
actitud mental no es controlable? Argumenta tu respuesta.
5.
¿por
qué crees que no podemos controlar la conducta de quienes nos rodean?
6.
Qué
significa la expresión: “lo irrecuperable es inalterable”. Qué implica esto.
7.
¿Qué
tiene que ver la disciplina con la determinación de las cosas controlables y
las no controlables? Explica
8.
¿Consideras
que existen personas más o menos afortunadas? ¿Por qué?
9.
¿Qué
mensaje se expresa en la caricatura?
10. ¿Te sientes identificado(a) en algún aspecto de tu vida con lo expresado en la caricatura? ¿Por qué?