INSTITUCIÓN
EDUCATIVA SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER
Eje temático: Introducción al filosofar-2013
10ºgrado –PM
EL FILÓSOFO QUE LLEVAMOS POR DENTRO
Artículo del Psicólogo Clínico Walter Riso
Docente:
Belinda Figueroa Cuadro
El culto al pragmatismo, el utilitarismo, el
querer sacarle provecho inmediato y material a las cosas, está matando el filósofo
que llevamos dentro. Y no me refiero al
ser taciturno, de barba larga y gafas gruesas y evidentemente despistado, como
lo define el estereotipo social tradicional, sino el pequeño interrogador que
habita en nosotros, al preguntón que no
se cansa de decir” ¿Por qué esto es así y no de otra manera?. En cada uno de nosotros,
incluso en aquellos personajes a quienes la rigidez mental les impide ver más
allá de sus narices, existe un niño impertinente, ávido de conocimientos.
Es
verdad que muchos han perdido la capacidad, y la sensibilidad se le ha reducido
a la mínima expresión, pero allí, en la aparente aniquilación de toda sorpresa,
se esconde un ser dispuesto a filosofar y a cuestionarse. En realidad, el
filosofo que llevamos dentro no se atrofia ( de él depende lo esencialmente
humano), si no que se echa al abandono ,se vuelve perezoso, indolente ,apocado ,insustancial,
lento ,aletargado, pero no muere. El hombre es un animal que lo interroga todo.
Quizás
me equivoque (que Kant me perdone), pero yo pienso que si se puede enseñar filosofía,
pero no a filosofar. La actividad de poner a funcionar el pensamiento,
indagando por todo (incluso y especialmente por lo que parece obvio) y
construyendo significados personales, es propia e intransferible: al igual que
muchas virtudes, puede aprenderse, pero no enseñarse.
La
disposición a filosofar es una de las
características principales de los sabios, pero, ¿puede enseñarse la sabiduría’?
Filosofar
es desenredar la madeja del pensamiento y volverla a armar cuantas veces se nos
dé la gana, y tratar de hacerlo cada vez mejor y más divertido. Filosofar no es
necesariamente buscar soluciones, sino descubrir relaciones ocultas, desnudar
los problemas, fisgonear en la realidad hasta desbaratarla. Y aunque no se
encuentre el camino único y definitivo del saber absoluto, vamos disfrutando, y
diciendo: “Ah, por aquí no era…… ¡qué maravilla, la cosa era por otro lado¡
No
hace falta ser erudito para filosofar, sólo se requiere la mente abierta y el
corazón dispuesto. Obviamente, si se dispone de un método estricto y un orden
psicológico, la actividad filosófica se convierte en académica y
transcendental. Pero yo me refiere a los
seres comunes y corrientes que andan por la vida, a los que están embutidos en
el frenético mundo de la supervivencia cotidiana, y que aún pueden desplegar
sus alas y salir de la modorra de una mente aquietada por el condicionamiento.
Muchas
veces nos da miedo preguntarnos cosas porque no sabemos (como si para pensar
necesitáramos permisos especiales), o porque tenemos miedo a equivocarnos. Sin
embargo, un rasgo distintivo de la actitud filosófica es el derecho a la
especulación sin la necesidad imperiosa de obtener soluciones. En la mayoría de las cosas de la
vida, es más importante saber hacer las preguntas, que obtener las respuestas.
El
filósofo que llevamos dentro a veces se nos sale. Cuando leemos un artículo
sobre la posible vida en otros planetas, cuando hablan del aborto o la
eutanasia, en situaciones de vida o muerte, cuando un amigo nos falla o cuando
la persona que amamos nos confiesa su desamor, el filósofo se asoma: ¿Qué es la
vida? ¿Cuando se comienza a vivir realmente? ¿Qué es la muerte?, Qué es el amor?
¿Es necesario el sufrimiento?, Para que estoy vivo? ¿Dios existe?
En
la mayoría de los colegios, cuando consultamos por el nivel “académico”,
inmediatamente nos sacan el reporte de física, matemática y química. Filosofía
es un relleno en casi todos. O rechazamos la filosofía por inútil (no genera dividendos tangibles) o le
tenemos miedo (pensar demasiado puede ser peligroso)
Sin
embargo, afortunadamente, hagamos lo que hagamos, el cosquilleo de la duda y de
la inquietud por lo desconocido, siempre estará vivo y palpitante. La filosofía
duerme en el corazón y se manifiesta en la mente. Inquirir es nuestra condición.
(Artículo
tomado de la Revista Nueva, Universal -Cartagena.)
Walter Riso (sicólogo clínico, docente
y escritor. Entre sus obras se encuentran: Aprendiendo a quererse a sí mismo,
Deshojando Margaritas, Intimidades masculinas, De regreso a casa. ¿Amar o
depender?, Jugando con juego, entre otras.
Desarrolla tus competencias
Orientación
Didáctica
1.
Leer varias veces el texto, subrayar las palabras desconocidas y buscar su
significado en un diccionario filosófico.
2.
Explique con sus propias palabras por que el autor del texto
afirma que “el filósofo que llevamos dentro” nosotros mismos lo hemos ido
matando.
3.
El filósofo Manuel Kant afirmó que “no se puede enseñar filosofía sino a
filosofar”. El psicólogo Walter Riso afirma todo lo contrario, es decir, “que
si se puede enseñar filosofía, pero no a filosofar”? con cual postura te
idénticas y por qué?
4.
¿Según Walter Riso que es filosofar? Explíquelo
5.
Interpete la siguiente afirmación:”La filosofía duerme en el corazón y se
manifiesta en la mente, inquirir es nuestra condición”
6.
Según el autor del texto “muchas veces nos da miedo preguntarnos cosas”:
¿Alguna vez por miedo no preguntas sobre cosas que no están claras para ti ya
sea en la casa o en el salón de clases? ¿Qué consecuencias puede tener para tu crecimiento
intelectual no preguntar por miedo? 7. Propon como superar el miedo a preguntar
en clase o en casa.
8.
Además de las situaciones planteada en el texto que nos a llevan a filosofar ¿cuando más se nos puede
salir el filosofo que todos llevamos dentro?
Nota:
Esta actividad será socializada en clase, por lo tanto hay que estar preparado.Les recuerdo a los estudiantes de 10 B, que esta es la guía para socializar en clases el lunes 18 de Febrero de 2013.
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