viernes, 2 de agosto de 2013


Lectura #4

FILOSOFAR ES EVOLUCIONAR

Evolucionar es desarrollarse, adelantar, crecer, dejando atrás un estado para pasar a uno nuevo y mejor, y esto es la base y sustento de la Filosofía Práctica. Ponerse a filosofar, es practicar Filosofía con uno mismo. Se trata de mantener una dialéctica interior en la que enfrentamos aquello que hemos tomado como verdadero por pura comodidad, por engaño, o por costumbre, y enfrentarlo con su opuesto para poner a prueba hasta que punto nuestras creencias y conocimientos pueden estar equivocados. En resumen sería preguntarse, ¿Por qué pienso esto? ¿Por qué tomo esta creencia como real? ¿Qué tiene de malo su contrario? Parecen preguntas sencillas, pero si las ponemos delante de aquello que solemos hacer y decir, puede que transformen nuestras costumbres, que especialmente pueden ser desafortunadas cuando arrastramos el pensamiento que solemos tener en un contexto a otro. Sería muy difícil listar y determinar cuáles y cuantos elementos han influido sobre nuestro sistema de creencias, pero lo que sí podemos hacer es parar y pensar antes de repetir aquello que tanto hacemos o decimos, haciendo que encontremos soluciones nuevas y mejores que las que hemos dado por sentadas.

¿Dónde encontramos la evolución? .Vivir filosofando de esta manera, es vivir manteniendo un espíritu crítico que nos ayudará a conocernos mejor. Ya se sabía bien en la antigua Grecia, que lo que distingue al ser humano del resto de la naturaleza es su capacidad de pensamiento, y siendo esta nuestra principal cualidad parece lógico ejercitarla y encontrar la realización en ella.
Vivir filosofando hará que nos encontremos con aquello que no nos solíamos plantear, un elemento crítico, dar vida a un opuesto a nuestras creencias, que hará que lo que hablemos y realicemos proceda de la argumentación razonada, y no desde la costumbre.

Si a pesar de esto seguimos manteniendo nuestros dogmas, no pasa nada, pues filosofar consiste en vivir con la crítica, y el simple hecho de cuestionarse ya es filosofar, ya que sea cual sea la conclusión a la que lleguemos la habremos contrastado, y aunque sea en eso, habremos cambiado. Esto es evolución, pues llegará un día en que nos encontremos con una nueva forma de vivir, habremos abandonado la desidia y la auto-obediencia para pasar a un estado mental activo y flexible, que finalmente hará honor a nuestra capacidad de razonamiento, aportándonos sin duda alguna, muchas más satisfacciones que las que puede dar el quedarse abrazado a la opacidad mental.

Los “amantes de la sabiduría” estamos en un camino constante de la búsqueda de la verdad, una verdad que nosotros elegimos. Podemos ser nosotros los que vayamos al conocimiento, o puede ser que la información nos sea arrojada inevitablemente, cosa que hoy en día sucede constantemente ya sea de forma interesada o de forma casual.

PENSAMIENTO CRÍTICO COMO PRECEDENTE AL PENSAMIENTO FILOSÓFICO

Puede que el Pensamiento Crítico no sea necesario para ejercer un Pensamiento filosófico y viceversa, pero ambos dos son herramientas indispensables en la búsqueda del conocimiento.

El Pensamiento Crítico influye en la búsqueda de lo verdadero, mediante la humildad intelectual, una mente abierta y apoyados en la libertad de pensamiento, nos vemos en la necesidad de evaluar la consistencia y la validez de la información que nos exponen. A veces nos preguntamos “¿Como puede ser que la gente se crea realmente lo que dicen en este anuncio?” Pues sencillamente porque no están aplicando un filtro, no tienen la costumbre juzgar lo que les llega, y están aceptando toda la información ofrecida como válida y real.
Seamos inconformistas, seamos buscadores, arriesgados, rebeldes, irreverentes, seamos incluso indeseables y molestos, pero no seamos tontos.

Una vez que aceptamos la información, y no tengamos duda de ella, podemos ejercer el Pensamiento Filosófico. Igual que el Pensamiento Crítico afecta a lo verdadero y lo falso, en el Pensamiento Filosófico busca lo bueno y lo malo, pasamos de enfrentar algo a la verdad, a enfrentarlo contra nosotros mismos, no me interesa la verdad, me intereso yo mismo y la forma en que me reflejo esta información que me ha llegado para enfrentarla a mis creencias y virtudes. Hoy en día es más la información que nos dan ya pensada, que la que recogemos directamente del mundo sin que nadie la haya pensado antes, abrimos nuestras orejas a personas que no tienen nada que decir, y ya que no podemos impedir que el mundo esté lleno de mentiras y tonterías, si que a título particular deberíamos impedir que, en primer lugar aceptemos todo lo que nos llega, y en segundo lugar lo tengamos en cuenta a la hora de pensar el mundo e incluso a la hora de pensarnos a nosotros.

Habría que revisar hasta que punto estas situaciones ya nos han influido de forma subjetiva en nuestras ya formadas opiniones de política, economía, deporte, prejuicios e incluso filosofía.
Lo que no pudo arreglar el Pensamiento Crítico en su momento puede ser que lo arregle el Pensamiento Filosófico ahora, piénselo, piénsese.

Así es como vivo yo la filosofía, de lo que leemos y aprendemos siempre hay algo que deja una especial huella en nosotros, ya sea por su uso práctico o por su relación con nuestra experiencia personal, aunque tengamos muchos conocimientos o recordemos opiniones, incluso contrariadas, de un gran número de pensadores, siempre hay ideas que hacemos más nuestras, creando una combinación única, tal como lo es nuestra percepción de la realidad.

Uno es libre de dejarse influenciar, de aprender, de leer, o incluso de no hacerlo, pero es innegable lo mucho que podemos aprender de otros para mejorar diversos aspectos de nuestra vida. Estos son las 5 ideas o lecciones que más suelo tener en cuenta, y que tanto a mí como a otro cualquiera, pueden ser de gran utilidad. Al igual que una obra es buena en sí misma, y no por su autor, voy a obviar las fuentes, corrientes, y autores de estas lecciones, aunque fácilmente se pueden reconocer, o buscar en Google sobre su procedencia e interpretaciones.
Allá van:

Nosotros creamos nuestro mundo
Creemos que las cosas nos son dadas de una manera, pero la última palabra la tenemos nosotros, las cosas son como nosotros nos sentimos, cambiar la percepción de algo o la forma de afrontar un problema depende de uno mismo. Vivimos una realidad única por individuo, y nosotros somos los que la interpretamos. Es increíble cuando entendemos esto, hasta situaciones de tristeza o enfado pueden dar la vuelta comprendiendo que la fuente del sentimiento está dentro, y no fuera, y es más moldeable y controlable conforme más lo entendemos.

Conócete a ti mismo
Qué menos para tener una vida auténtica que quitarnos todas las máscaras y mirarnos al espejo. Tener la consciencia de nuestra existencia y el conocimiento necesario sobre nosotros mismos es un paso esencial para tener un pensamiento crítico, claro y coherente, e incluso no dejarnos llevar por terceros en nuestras elecciones, pues conocernos también es darnos más importancia.

Trata al prójimo como a ti mismo
Núcleo de muchas religiones (no tanto de religiosos) y de muchos pensadores éticos, parece una solución razonable y sencilla para hacer que el mundo funcione mejor, pero ¿realmente somos capaces de ello?

Hay vida antes de la muerte
Especular con la ambigüedad de la post-muerte es un cúmulo de problemas y miedos infinito, que nos condicionan de por vida por un tema cultural. Sabemos qué es la vida, sabemos qué es la muerte, y no necesitamos más. Sigo pensando que muchos prefieren empeñar el paraíso que tenemos, por uno del que no tienen pruebas empíricas. Una vez dicho esto, toca decir un Carpe Diem.

El apego como fuente de sufrimiento
Entrar en el conocimiento de este concepto es tan rompedor como gratificante. Cuando comprendemos el apego como fuente de sufrimiento, empezamos a entender que todos los problemas nacen cuando tenemos la ilusión de algo falso como real, no podemos pensar en que las cosas que amamos son eternas, cuando lo cierto es que lo único que perdura es el cambio, además esto implica no confundir el amor o la estima con la posesión, tanto de otros como de nosotros mismos, algo que nos hace cambiar nuestra percepción del mundo hacia algo más auténtico y liviano.

¿Cuáles son las tuyas

About Alberto López: Autor de filosoficamente.es

Desarrolla tus competencias

 

1. Leer varias veces el texto, buscar el significado de las palabras desconocidas y socializar en clase.

2. ¿Cuál es la idea central del texto?

3. ¿Cuáles son los argumentos del autor del texto para afirmar que filosofar es evolucionar?

4. Escribe en tu cuaderno uno idea del texto que más te haya llamado la atención y el explica porque de tu elección.

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